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Casi seguro que ha oído, en numerosas ocasiones durante estos últimos meses, que hacía más de un siglo que el ser humano contemporáneo no se había encontrado con una crisis como ésta.
Estamos hablando de la crisis causada por el coronavirus que provoca la COVID-19.

En estos últimos 100 años, incluso en épocas de guerra,  tras  otras epidemias o pandemias, un virus y sus consecuencias no había tenido tanta repercusión sanitaria, económica, política, social y mediática, hasta llegar a colapsar algunas de éstas.

Intentaré esbozar muy brevemente algunas reflexiones acerca de estas áreas gravemente afectadas, como si el mismísimo coronavirus hubiera podido introducir su ARN en cada una de ellas, y no solamente en nuestro núcleo celular.

El confinamiento y aislamiento social

El confinamiento y aislamiento social nos vino a todos por sorpresa.
Incluso a la mismísima China.  Nadie al que le hubieran preguntado en otro momento y contexto se hubiera podido imaginar que todo el mundo -a su vez- hubiera tenido que recluirse en sus hogares para poder hacer frente a esa horrible pandemia –y terrible pesadilla para otros-.

Ningún protocolo establecido

No parecía haber ningún protocolo establecido que pudiera cumplirse con eficacia y eficiencia de manera global. Incluso con la mejor de las intenciones no había –ni sigue habiendo- material sanitario suficiente para todos, como tampoco los recursos efectivos para paliar los graves daños que ha causado, sigue causando y que probablemente seguirá provocando. Y es que nadie ha tenido claro cómo actuar de manera eficaz.
Ni siquiera los propios virólogos se han puesto de acuerdo, dando discursos totalmente antagónicos entre ellos. Se ha ido haciendo y actuando sobre la marcha.

Ahora los aislados somos nosotros.

Primero se decía que era un simple virus gripal y que sólo se presentarían algunos casos aislados. Que no eran necesarias las mascarillas para todos. Ahora sabemos que el virus es más agresivo y peligroso. Ahora los aislados somos nosotros.

Además existe el miedo a contagiarse, a poder contagiar a otros, sobre todo a los más vulnerables, a nuestros familiares. A todo ello se suma la grave repercusión económica, al problema no menos importante de los despidos por ERTE. De los establecimientos y negocios que se han vistos obligados a cerrar, que continuarán cerrados o que acabarán desapareciendo para siempre.

La desazón de no tener total libertad

Por otro lado, está la desazón de no tener total libertad para poder ir a donde se antoje, de poder abrazar -sin miedo-a sus seres queridos y hasta de besar a alguno de ellos. Todo ello salpimentado por los controles por parte de la autoridad; los toques de queda. Ese estado de alarma que nos recuerda a algunas guerras.

Nadie se esperaba esto.

Nadie se esperaba esto. Todo ello, y con bastante razón justificada, no sólo ha mermado en la salud y bienestar del ser humano.
También en la economía y en el nuevo contexto socio-histórico-cultural que se nos avecina.
El pesimismo, la desesperación y la angustia ha llegado a mermar nuestras emociones y nuestro comportamiento.
Es difícil no encontrar a alguien que no exprese tristeza, enfado, frustración, cierto miedo e incertidumbre al futuro.

El ser humano, ha sabido enfrentarse a todos los desafíos

No obstante hay que resaltar que el ser humano, desde la época más remota, ha sabido enfrentarse a todos los desafíos que se le han interpuesto, con mayor o menor acierto eso sí, pero que sin lugar a dudas le ha conducido a nuestro presente y con muchos menos recursos de los que podemos disfrutar hoy en día y sin los avances tecnológicos de los que disponemos.

Ser resiliente por naturaleza y de manera innata

Y es que el ser humano suele ser resiliente por naturaleza y de manera innata. En nuestra impronta genética se encuentran ciertos recursos de auto-superación y afrontamiento, aunque también es verdad que en ocasiones debamos recurrir a otros, como son la salud mental (psicología y psiquiatría) para poder poner en marcha esa huella psicológica ancestral, intentar repararla o adquirir algunas más nuevas.

Sr. Javier Martín Sancho
Psicólogo de MINDBCN Clinic

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