De la indiferencia a la incertidumbre a lo desconocido
El SARS-CoV-2 está afectando a más personas de las que parece. El virus como tal está afectando de forma física a cientos de miles de personas.
Además la pandemia, el confinamiento, la incertidumbre está siendo causa de trastornos psicológicos a miles de personas.
Cuando en enero se empezó a hablar de la afectación del virus en Wuhan (China), nadie podía predecir la magnitud que iba a llegar.
Aún menos, nadie podía estar preparado para afrontarlo, ni los gobiernos ni los sistemas sanitarios, ni la sociedad en conjunto y aún menos de forma individual.
De un día para otro se convirtió en noticia en todos los medios de comunicación, cafés y centros de trabajo.
No se sabía de forma cierta cómo se contagiaba, cómo se comportaba y cómo se combatía.
Lo único que se sabía es que era altamente contagioso y mortal.
Cómo sociedad empezamos a inquietarnos y como individuos empezamos a temer, a asustarnos porque era algo desconocido para todos y ya nos afectaba directamente.
Mismos temores diferentes reacciones
Los primeros miedos fueron al contagio, a la enfermedad y la muerte propia o de nuestros seres queridos. Cuando desde el Gobierno se estableció el Estado de Alarma llegaron nuevos temores que se sumaron a la propia enfermedad: miedo al de desabastecimiento, a la pérdida del trabajo, a la falta de alimento, a la soledad, a la educación, a la incertidumbre económica, a la sobre información y también desinformación, entre otros.
Como sociedad se ha reaccionado de una forma ejemplar y en muchos casos, como vecindarios y barrios,
La propia comunidad se ha visto fortalecida.
Toda la población ha tenido que adaptarse. Pero como individuos los temores se han vivido de forma diferente. La realidad es que todas las personas se verán afectadas psicológicamente por la pandemia. Las consecuencias en los cambios de rutina durante el confinamiento cómo a la vuelta a la nueva normalidad es diferente a lo vivido antes del trece de marzo. Toda la población ha tenido que adaptarse de una manera u otra.
La importancia de la fortaleza emocional
Según la fortaleza emocional y mental de cada persona, las manifestaciones serán diferentes. Habrá personas que podrán superarlo con mayor o menor facilidad con el paso del tiempo.
Pero hay otras personas que han padecido y siguen padeciendo estrés y ansiedad.
Tienen un problema de rumiación, es decir, imposibilidad de quitarse pensamientos o ideas de la cabeza llegando a provocar trastornos obsesivos compulsivos, fobias o hipocondrías.
La normalización de la rutina emocional
Aunque la situación no ha terminado es importante restablecer cuanto antes la normalidad y rutinas dentro de los parámetros de seguridad sanitaria establecidos. No tan solo en lo que a las rutinas diarias se refiere sino también a la normalización del estado emocional.
Actualmente hay más información sobre el comportamiento del virus, de la forma de contagiarse y la manera de evitar el contagio.
Los centros y personal sanitario se han adaptado y los avances en la cura y vacuna van por buen camino. Son buenas noticias para equilibrar y recuperar la buena condición emocional.
Pero aun así hay personas que tienen problemas para volver a recuperar su estado emocional, siguen padeciendo ansiedad, tienen miedo excesivo al contagio (hipocondría) u otros temores asociados (fobias).
Con tal de no aumentar estos trastornos deben acudir a un buen profesional de la salud mental, para que les ayude a superarlos y volver a disfrutar de un buen estado emocional.
MindBCN Clínic